Atrás Sostenibilidad - 07/05/2021

¿Por qué calcular y reducir nuestras huellas ambientales?

La industria del cartón tiene oportunidades y ventajas que aprovechar para reducir su huella de carbono

Magaly González / Instituto de Sostenibilidad

Consultora Especializada en estudios de Análisis de Ciclo de Vida, Huellas Ambientales y Economía Circular

 

La Sostenibilidad es un concepto que se escucha, cada vez más, en todos los ámbitos. Se trata de un concepto “atractivo”, ya que permite conectar más fácilmente con las “emociones del consumidor”, especialmente en relación a contenidos ambientales y sociales. 

La Sostenibilidad es multidisciplinar y afecta a varias áreas a la vez. Es por ello que, para evaluar la sostenibilidad, se deben tener en cuenta varios indicadores. Uno de ellos, y quizás el más conocido, es la Huella de Carbono. 

Los estudios de Huellas Ambientales, entre los que se encuentra la Huella de Carbono, se realizan aplicando generalmente la metodología de Análisis de Ciclo de Vida. Esta metodología permite analizar, de forma cuantitativa, sistemas productivos y organizaciones, teniendo en cuenta todo el ciclo de vida. Se basan en recopilar y evaluar las entradas y salidas de un proceso, para detectar los impactos potenciales.

Mientras que en la Huella Ambiental Europea se analizan 16 categorías de impacto, en la Huella de Carbono sólo se analiza 1 categoría, que es el impacto sobre el Cambio Climático, a través de la cuantificación y análisis de las emisiones y remociones de gases de efecto invernadero que se producen en el proceso productivo.

La Huella de Carbono se mide en masa (toneladas, kilos o gramos) de CO2 equivalente. Esto es debido a que hay diferentes gases de efecto invernadero, siendo los más destacados el dióxido de carbono (CO2), el metano (CH4) y el óxido nitroso (N2O). Para poder compararlos, el Panel Internacional de Cambio Climático (IPCC) determinó el potencial de calentamiento global de cada uno de los gases tomando el dióxido de carbono como referencia, de forma que el PCG (GWP en inglés) muestra la capacidad de dicho de gas de aumentar el efecto invernadero en comparación con el CO2 en un período de tiempo establecido de 100 años. Según el último informe del IPCC (2014), el metano equivale a 28 veces el CO2 y el óxido nitroso tiene un PCG de 265 veces el del CO2.

Por otro lado, la Huella de Carbono se puede calcular para un producto o para una organización. La metodología en ambos casos, aunque son similares, difieren en algunos aspectos. Es recomendable seguir las ISO 14067 para producto y 14064 para organización, en la realización de los estudios de Huella de Carbono para que dichos estudios sean reconocidos a nivel internacional y verificables.

La huella del cartón

Según el último Informe sobre la huella de carbono en el sector del papel y cartón, publicado en 2019 por la Asociación Europea de Fabricantes de Cartón y Envases de Cartón, Pro Carton, la Huella de Carbono por tonelada de cartón es de 326 kg de CO2 equivalente. Esto supone una reducción de hasta el 9% desde 2015.

En este sector hay que destacar que no sólo se producen emisiones, sino también absorciones (remociones), ya que la materia prima inicial es la madera, y los bosques donde se produce tienen la capacidad de absorber CO2. Teniendo en cuenta todo el ciclo de vida de los productos de papel y cartón, la absorción se produce principalmente en la fase de la gestión forestal, mientras que las emisiones, se generan principalmente en la fabricación.

Este estudio europeo calculó unas absorciones totales de 1.708 kg de CO2 equivalente en todo el ciclo de vida, mientras que las emisiones totales ascienden a 2.035 kg de CO2 equivalente.

También calculó el carbono almacenado en el producto cuando sale por primera vez al mercado, que asciende a 1.689 kg de CO2 equivalente.

Un alto porcentaje de este carbono se puede reintroducir en el ciclo mediante el reciclaje del producto evitando así que vuelva a la atmósfera, por lo que esta característica del sector facilita la recircularización de los recursos dentro de la Economía Circular. El estudio estimó que en Europa se recicla alrededor del 91% de los productos de papel y cartón, mientras que el porcentaje restante se destina a la recuperación de energía y a vertederos.